lunes, 27 de agosto de 2012

Pequeñas Histórias Fictias (Parte 2)

La sonrisa de payaso:
Una chica sale de una discoteca al llegar la madrugada, tubo una discusión con sus amigas por lo que se tiene que ir sola a su casa, incapaz de conseguir un taxi decide volver a su casa andando. Para ello tubo que cruzar un oscuro parque, decide hacerlo sin pensar mucho en las consecuencias y acelera el paso para llegar a casa cuanto antes.

De repente de entre unos arbustos aparece un grupo de hombres con oscuras intenciones, el grupo acorrala a la chica y mientras la insultan y golpean, la empiezan a toquetear, la chica asustada implora por su vida y les pide entre lágrimas que la dejen marchar, ya es virgen y no quiere tener una experiencia tan traumática como primera vez.

Los hombres entonces le ofrecen una alternativa a la violación, “la sonrisa del payaso”, la chica debe elegir entre ser violada o que le hagan la sonrisa del payaso. La chica al no saber de que se trata, prefiere cualquier cosa a perder su virginidad, siendo violada por un grupo de hombres violentos y elige la “sonrisa”.

Sin decir palabra, uno de ellos saca su navaja y le corta desde la comisura de los labios hasta las orejas, dejando su boca y cara totalmente deformada y una horrible cicatriz, la cual le durará para toda la vida, y que asemeja la horripilante sonrisa de un payaso.

Nunca se puede confiar en que una opción es menos horrible que otra, siempre tendrá algo más, oculto en cada frase.

Esta forma de tortura a parecido en muchas otras historias como por ejemplo: Kushisake-onna, Jeff the killer y alguna que otra más…


Suerte que no encendiste la luz:
Una chica después de haberse quedado hasta tarde con unas amigas, llega a la residencia donde vive, sobre las tres de la madrugada.

Entra en la habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a su compañera de cuarto, tampoco enciende la luz para no molestarla por lo que tiene que avanzar a oscuras empleando solo la luz de tu teléfono móvil para no golpearse con los muebles.

Cuando se mete en la cama empieza a oír unos quejidos ahogados, la chica se queda en silencio para  escuchar mejor. El sonido es como pequeños grititos ahogados o quejidos sin fuerza.

Se imagina que su compañera se habrá traído a su novio al cuarto y estarán teniendo una noche apasionada, le sorprende que no colgara una prenda de ropa en la puerta como acostumbran a hacer como señal de que tienen “visitas”. Pero está demasiado cansada para levantarse y buscar otro sitio donde dormir. Sin darse cuenta cae en un profundo sueño entre lamentos y quejidos.

A la mañana siguiente se despierta sintiendo una humedad en su cama, aún medio dormida lleva su mano al líquido que empapa la manta y pega un salto tras comprobar que es sangre. Sobre su colcha la cabeza cortada de su amiga con un pañuelo en la boca que le sirvió de mordaza la noche pasada.

La habitación parece un matadero, todo está ensangrentado y en la pared escrito con la sangre de su amiga se podía leer: “Suerte que no encendiste la luz”

Al llegar el forense dictaminó que la chica llevaba pocas horas muerta, al parecer el asesino la había estado torturando toda la noche a escasos metros de la cama donde descansaba. Los quejidos eran gritos de dolor que quedaban ahogados por la mordaza mientras el psicópata despellejaba y mutilaba viva a la víctima.

Sin saberlo la chica había salvado su vida al no encender la luz y sorprender al asesino en mitad del crimen.


No abras la puerta:
Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años.

Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar y no podía atender a su hijo en todo momento.

Pero aquel día sería muy diferente al resto; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad.  Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto a pocas manzanas del hogar de la familia.

Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenía que dejar a su hijo solo en casa. María para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo:

- No abras ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo golpearé 3 veces seguidas la puerta o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo.

Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta y se puso a ver la tele para relajar la mente.

Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. POM…POM…. el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo:

- ¿Eres tú mamá?

La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido.

Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada.

Desde ese día este chico tuvo que ser hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas…


Las gemelas:
Eran dos hermanas que se llevaban muy bien, nunca se peleaban ni discutían, pero por razones de trabajo tuvieron que cambiar su residencia a la ciudad, donde estaba una carretera que era peligrosísima en esos momentos.

Las niñas tuvieron que cruzar solas porque a la madre la llamaron del trabajo para que fuera urgentemente. Les dijo a las niñas que cruzaran solas, pero que tuvieran cuidado, mirando a los dos lados. Las niñas obedecieron.

Nada más girarse la madre para marcharse oyó un golpe muy fuerte detrás de ella. Eran sus hijas, habían sido atropelladas por un camión. Desgraciadamente, las dos habían muerto.

Cuatro años más tarde la madre, aún joven, ya que tenía 34 años, todavía vivía en la misma casa cerca de la carretera y no olvidaba ningún día a sus dos gemelas.

Afortunadamente, había vuelto a tener hijos, y casualmente eran dos gemelas. Además, eran muy parecidas a las que murieron atropelladas. Esto hacía que la madre olvidara en parte ese trágico suceso.

Pero la fatalidad estuvo a punto de volver a la familia, a pesar de prohibirles expresamente acercarse a la carretera.

Un día las dos niñas estaban jugando y decidieron cruzar la carretera. No venía nadie en ningún sentido, no había peligro.
En el último momento apareció su madre que chillando muy alterada, les dijo que no cruzaran, a lo que las niñas respondieron al unísono:

- Si no pensábamos cruzar,… ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir…



Paty mi muñeca:
Trata de una familia muy pobre que vivía en una casa abandonada y toda destruida, en esta familia estaban, un hombre, una mujer, una niña de 5 años y su hermano mayor de 11 años.

Todos los días el hombre salía a recorrer comida u otras cosas de los basureros para ver si podía encontrar algo que le sirviera para vivir y alimentar a sus hijos, pero un día, precisamente el día del cumpleaños de su hija, ella quería una muñeca de regalo.

El hombre aprovechó para buscar en los basureros, después de haber buscado por horas, pudo encontrar una muñeca con unos cuantos pelos enredados, un vestidito blanco y uno zapatitos de charol negros, lo que tenía esa muñeca es que estaba un poco rota y sucia, pero lo que más llamaba la atención era su mirada roja y diabólica.

El hombre la llevo en secreto para que la niña no la viera y se la dio a su mujer para que la cosiera y la limpiara un poco, ya después de hacerlo, llamaron a la niña y le dieron su hermoso regalo de cumpleaños, la niña quedó muy contenta y decidió llamarla Paty.

Los días pasaban y la niña jugaba y jugaba con Paty, hasta que un día se aburrió y decidió dejarla en una piedra de mármol que había dentro de la casa, ese día era un día de tormenta eléctrica en las que había muchos truenos y rayos en el cielo.

La muñeca estaba en la piedra cuando de pronto un rayo le cayó encima, su vestido blanco se quemo y a ella le derritió la cara, pero lo más horrible es que según dicen Paty quedó poseída por un demonio que le entró a través del impacto del rayo. A partir de ahí todas las noches se escuchaba cantar a Paty: "cataplum, cataplum alguien morirá, cataplum, cataplum será la mamá".

Al otro día a pareció la mujer muerta toda cortada y con una marca en el cuello por lo que eran señales de estrangulamiento. Al otro día se volvió a repetir lo mismo y así sucesivamente, fue matando a todos los integrantes de la familia menos a la niña.

Paty decidió entrar dentro del cuerpo de la niña y ahora ella no se la conoce como Paty mi muñeca, sino como Paty la niña asesina. Se dice que Paty vaga por el mundo buscando venganza por todas aquellas niñas que la dejaron tirada prefiriendo otro juguete para jugar.

No te descuides porque en cualquier instante Paty podría meterse con tu familia y podría terminar poseyéndote.



Sara y Jennifer:
Según la leyenda en una casa ubicada en New Jersey en Estados Unidos habitaban dos hermanas: Sara de 16 años y Jennifer de 17, junto a sus padres, era una familia que lo tenía todo; amor, bastante dinero... los padres creían que eran la familia perfecta, pero ignoraban algo respecto a sus hijas: el gran odio que Sara sentía hacia Jennifer.

Ese odio al parecer se debía a que Jennifer era más guapa, más alta, tenía más suerte con los chicos, era admirada por todos, tenía una voz más bonita, era la más popular, era la mayor de ellas dos...pero había algo en particular a lo que Sara tenía más envidia que cualquier otra cosa, y eran los ojos de Jennifer.

Jennifer no era vanidosa ni soberbia, pero no podía evitar decir que sus ojos eran su mayor orgullo, y es que eran perfectos: de un azul claro precioso, brillantes... y todos la admiraban por eso, todo el mundo le comentaba que tenía unos ojos preciosos.

Una tarde Sara encerrada en su habitación comenzó a pensar en cómo podía arruinar la vida de su hermana y planeó una manera brutal y cruel de acabar con su hermana, para entonces era obvio que Sara tenía problemas emocionales graves.

Su objetivo era hacer que Jennifer pierda lo más bello que tenía y que dejara de ser tan popular, fue así que Sara comenzó a poner en macha su plan, ese día los padres habían ido a ver una obra teatral y Jennifer había salido a pasear con unas amigas.

Era las 10 de la noche y Jennifer ya regresaba a su casa, se encontraba de muy buen humor hasta que fue a su habitación, y vio un cuadro con una foto de su comunión destrozado, de pronto comenzó a recibir unas raras llamadas telefónicas que la amenazaban con arrancarle los ojos y destripar a sus amigos pero lo más raro fue que la voz le era muy familiar, y de pronto comenzó a escuchar gritos provenientes del exterior de la casa. Se trataba de Sara que lo hacía a propósito para asuntarla más.

Pasaron diez minutos y Jennifer obtuvo valor y salió de la casa pero en el preciso instante en que cruzó la puerta, la boca se le secó, su corazón se detuvo y quedó petrificada del terror, lo que vio fue tan escalofriante y terrorífico que ella misma se arrancó los ojos de sus órbitas, para no poder seguir viendo aquella escena tan espantosa.

Lo que vio era el cuerpo de Sara colgada de un árbol con una soga al cuello, tenía tres puñaladas en el vientre y su mirada estaba fija en sus ojos.

El plan macabro de Sara fue ese, le costó la vida pero logró lo que quería, cobró su venganza sin importarle su propia vida con tal de hacerle eso a su hermana Jennifer impulsada por el odio y su demencia. Logró su objetivo, le quitó a Jennifer lo más hermoso que tenía: sus ojos.